La orientación profesional está siendo cada vez más reconocida como una herramienta clave para adecuar la cualificación profesional a demandas laborales en constante cambio.
El CEDEFOP, la Comisión Europea, la Fundación Europeo de la Formación (ETF), la OCDE, la Organización Internacional de los Trabajadores (OIT )y la UNESCO, han publicado recientemente un documento de fácil lectura (de momento en inglés), con su visión compartida sobre el papel estratégico de la orientación profesional en el aprendizaje y la integración en el mercado laboral.
Este documento, publicado por el CEDEFOP, es de recomendable lectura para los convencidos de la orientación profesional y tambien para los escépticos.
Pero por si andas con falta de tiempo, he seleccionado algunas ideas clave acerca de la relación entre la cambiante situación laboral y la necesidad de acceder a una orientación profesional permanentemente actualizada.
El CEDEFOP describe así la orientación profesional:
Un conjunto de servicios que ayudan a personas de cualquier edad a administrar sus carreras y a tomar las decisiones adecuadas a nivel educativo, de formación profesional y laboral
¿Para qué sirve?
Ayuda a las personas a reflexionar sobre sus expectativas, intereses, cualificaciones, habilidades y talentos, y a relacionar todo este conocimiento sobre quiénes son y cómo volcarlo en el mercado laboral.
¿Por qué es tan necesaria?
Cuando la inestabilidad laboral forma parte ya de nuestro entorno y el mundo laboral es cada vez más complejo y cambiante, la orientación profesional está siendo cada vez más necesaria a los ciudadanos, los empleadores y la sociedad en general.
LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL EN LOS JÓVENES
Sabemos que,
- Muy pocos jóvenes tienen acceso a la información que necesitan sobre orientación profesional. Aparecen nuevas ocupaciones, nuevas especialidades de Formación Profesional y nuevos grados universitarios, pero a la hora de decidir los jóvenes desconocen
- qué ocupaciones son más demandadas, mejor remuneradas, más reconocidas, etc.
- qué nuevas salidas profesionales emergen en el mercado laboral (nuevos nichos de empleo).
- las vías de aprendizaje no formal e informal que cobran cada vez más protagonismo.
2. Los jóvenes están tomando más decisiones que antes respecto a su futuro laboral, ya que están más años formándose en el sistema educativo, pero debido a los vertiginosos cambios en las demandas de nuevas habilidades y lo fragmentado que están educación y formación, hace que sea más dificil tomar esas decisiones.
3. Desconocen su propio potencial y tienen escasa información sobre la amplia variedad de oferta educativa tanto de Formaciòn Profesional como universitaria y de las posibles ayudas para la financiación de estudios aquí o en otros países (con suerte, apenas una visita en las jornadas de puertas abiertas en los campus universitarios).
4. Se ofrecen escasas oportunidades de participación en prácticas previas para explorar carreras («Un día como…») y las decisiones se ven contaminadas con los antecedentes sociales de los alumnos. Me refiero a los trabajos que desempeñan familiares, amistades y conocidos.
«El 30% de los jóvenes a nivel mundial están interesados sólamente en 10 ocupaciones y sus aspiraciones profesionales están fuertemente vinculadas a su perfil de género, migrantes y estatus socio-económico».
Una oportunidad muy valiosa es que las empresas contacten con estudiantes y les ofrezcan un contacto directo con el mundo del trabajo. Estas oportunidades se dan en las ferias profesionales, en las visitas a las empresas o en charlas de trabajadores voluntarios que pueden acudir a los centros educativos para explicar de primera mano en qué consisten sus trabajos, responder a sus preguntas y despertar su motivación por salidas profesionales que en muchos de los casos desconocen, incluso que existen.
LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL EN LAS PERSONAS ADULTAS
- Los viejos y tradicionales empleos junto a sus habilidades, están desapareciendo o cambiando radicalmente. Frente a ellos, nuevos empleos y habilidades están surgiendo cada día.
- El reciclaje y la mejora de cualificación (lo que en inglés llaman re-skilling y upskilling) son cada vez más visto como parte integral de la vida laboral, ya que la predisposición al aprendizaje permanente no es una opción, es un requisito que demandan cada vez más los reclutadores.
- Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
3. Los desempleados de larga duración, por su inactividad, cuentan con habilidades obsoletas y están desmotivados para aprende nuevas. Necesitan la orientación profesional para identificar las nuevas habilidades que les devolverán al mercado laboral.
4. Las personas con baja cualificación son las que menos uso hacen de los servicios de orientación, si bien son los que más lo necesitan, porque sus trabajos corren un mayor riesgo de automatización.
5. La mayoría de los adultos reconoce que la orientación profesional es útil para encontrar y elegir trabajos adecuados, cursos y otras oportunidades, pero menos de 1 tercio de las personas, ha utilizado un servicio de orientación alguna vez.»
Menos de 1/3 de las personas,
ha utilizado un servicio de orientación alguna vez.
UNA OPINIÓN PERSONAL
Trabajando en formación para el empleo, reconozco los esfuerzos que realizan compañeros orientadores y orientadoras por ofrecer un asesoramiento profesional de calidad a las personas demandantes de empleo. Logran además que la formación en habilidades de búsqueda activa de empleo sea muy valorada. Y consiguen que las personas que solicitan estas actuaciones, den un salto cualitativo en su progresión profesional.
Pero las administraciones públicas educativas y laborales, a pesar de los esfuerzos que se vienen realizando desde hace años a través de la figura del «orientador», todavía tienen un amplio margen de mejora.
No parece trivial que distintos organismos europeos hagan hincapié en la importancia de la orientación, cuando es un servicio que ya se ofrece a través de fórmulas bien conocidas (entrevistas personales, talleres, sesiones grupales,…). Parece que nos aconsejan revitalizar este servicio o ¿ quiza, diseñar iniciativas de orientación más efectivas, creativas o innovadoras?
La orientación profesional, necesariamente debe adaptarse a las distintas etapas de la vida de las personas, en función de su edad, de su formación y especialización, de sus gustos y preferencias o sus talentos. Igualmente la orientación laboral también debe adaptarse al cambiante mercado laboral, las demandas sociales y a las novedades tecnológicas que nos guste más o menos, todo lo impregnan.
Una orientación laboral profesional cercana y personalizada requiere de especialistas que conozcan bien el mercado laboral y la oferta formativa, que analicen adecuadamente los perfiles profesionales, que cuenten con numerosas fuentes de datos e información, que empaticen con quienes demandan este tipo de asesoramiento, parece lo ideal, ¿no?
Pero los orientadores ¿ no deberían contar además con instrumentos o recursos de apoyo actualizables, objetivos, flexibles y personalizables basados en tecnologías digitales como el «big data» o el «machine learning?»
Las posibilidades del ‘machine learning’, de la inteligencia artificial son virtualmente infinitas ya que existen infinidad de datos disponibles de los que aprender. Me refiero a datos de las empresas, de las tendencias del mercado laboral, de nuevos nichos de empleo, de la oferta formativa formal, no formal o informal, etc.
Y si estos datos se cruzaran con las cualificaciones, las habilidades, los talentos y las expectativas laborales de cada individuo (de crecimiento profesional, de expectativas de seguridad en el empleo, de salario, etc.), permitirían analizar cada caso y ofrecer a cada persona el asesoramiento laboral puntual a cada momento profesional y cada etapa vital.
Las administraciones públicas cuentan con numerosas fuentes de información y una enorme cantidad y diversidad de datos que reporta el Observatorio de las Ocupaciones a través de informes que pueden servir para realizar otros estudios sectoriales, o programar planes de actuación, pero son necesarias herramientas digitales abiertas y fácilmente interpretables por orientadores y ciudadanos.
Un ejemplo es el reciente Mapa del empleo digital de Fundación Telefónica, donde podemos filtrar las profesiones más demandadas en España, por provincias y por competencias digitales y no digitales.
¿No deberían ser las administraciones públicas las responsables de diseñar estas herramientas digitales para dar apoyo a los servicios públicos de orientación profesional en centros educativos, universidades, centros de formación y oficinas de empleo?
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